El gobierno de México
inició, desde la década de 1970, acciones para atender este problema,
mucho antes de que la demanda de drogas adquiriera mayores proporciones,
por lo que contamos ya con una considerable experiencia acumulada.
Nuestro país ha realizado esfuerzos importantes por enfrentar este
problema a través del desarrollo de un marco jurídico-normativo e
institucional y de programas que, al mismo tiempo que dan seguimiento a
los acuerdos que México ha firmado en el ámbito internacional, son
apropiados a las características socioculturales específicas de
nuestra nación.
Para el Sector Salud la
reducción de la demanda de drogas incluye las iniciativas que buscan
prevenir su consumo, disminuir progresivamente el número de usuarios,
mitigar los daños a la salud que puede causar el abuso, y proveer de
información y tratamiento a los consumidores problemáticos o adictos,
con miras a su rehabilitación y reinserción social. En esta tarea, la
Secretaría de Salud, SSA como cabeza del Sector Salud, promueve un
enfoque integral que incluye, además de las drogas ilegales, a todas
las que producen adicción y problemas de salud pública, e incorpora en
los programas a los diversos sectores públicos y sociales. La sociedad
en su conjunto es cada vez más sensible a este problema y constituye
nuestro principal aliada.
El tema de las drogas
ilegales, al que se dedica este volumen, tiene especial trascendencia,
ya que es parte cotidiana de las noticias en el mundo; la representación
social de las drogas y la forma en la que son percibidas por la opinión
pública son de la mayor importancia en nuestro trabajo preventivo.
Debemos evitar que haya un clima de familiaridad y de aceptación social
hacia su uso y evitar, al mismo tiempo, estigmatizar y criminalizar al
adicto.
Como en otros problemas
de salud pública, las medidas de prevención y tratamiento de las
adicciones, para ser eficaces, deben estar sustentadas en información
científica, confiable y completa sobre la naturaleza, magnitud y
características del fenómeno. En este sentido, este documento puede
ser de gran utilidad para entender mejor este complejo problema y cómo
se presenta en nuestra realidad: sus tendencias; los grupos de la
población afectados, la aparición de nuevas drogas, los cambios en las
formas de uso y la integración de nuevos grupos a la subcultura del
consumo, así como las consecuencias sociales y en la salud.
Disponer de este bagaje
de información es fundamental para la toma de decisiones, y responder
así a las necesidades de nuestra población, priorizando las acciones y
los recursos disponibles de acuerdo con la naturaleza de los problemas;
también nos indica el impacto alcanzado por las acciones y cómo
reorientar los esfuerzos. Pero esta clase de información requiere de
diferentes estrategias metodológicas que permitan conocer la situación
en distintas poblaciones y a través del tiempo. Por ello, el reporte
incluye tanto las encuestas en los hogares de la población general como
en el ámbito escolar, y otros estudios entre los que no se encuentran
en los hogares ni en las escuelas, como es el caso de los menores en la
calle. Otros aspectos de interés son cubiertos por los trabajos en
instituciones de salud, como centros de tratamiento y en las de
procuración de justicia, a través de sistemas de registro y reporte de
casos.
En la información,
destacan los datos de la reciente Encuesta Nacional de Adicciones (ENA),
realizada en 1998, que nos permite analizar las tendencias con los
estudios similares realizados en 1988 y 1993. Los datos indican que, si
bien la prevalencia global del consumo de drogas en México es aún baja
al compararla con otras sociedades, registra incrementos y tendencias
preocupantes. La mariguana se mantiene como una de las principales
drogas consumidas por distintos grupos de la población. Los disolventes
inhalables, drogas utilizadas principalmente por jóvenes,
tienden a disminuir su importancia, pero el uso de la cocaína,
droga tradicionalmente consumida por grupos reducidos de la población,
se ha extendido actualmente a diversos sectores como los jóvenes y los
de menos recursos.
Se observa una emergencia
de sustancias previamente no utilizadas con fines de intoxicación, como
ciertos medicamentos ( el Refractyl Ofteno y el Flunitracepam cuyo
nombre comercial es Rohypnol) y, al igual que en otros países, aparecen
en el mercado drogas del tipo de la anfetamina (éxtasis o cristal). El
uso de heroína, si bien es poco prevalente a nivel nacional, se ha ido
incrementando en ciudades de la frontera norte. Estas nuevas tendencias
requieren que desarrollemos respuestas específicas en materia de
prevención y tratamiento.
Uno de los principales
objetivos de este reporte es presentar y analizar información científica
sobre lo que sabemos del uso de drogas en México, pero también sobre
lo que nos falta por saber; en este sentido, también puede ser de gran
utilidad para guiar y reforzar nuestros sistemas de registro y
vigilancia epidemiológica y promover la elaboración de investigaciones
enfocadas hacia aspectos específicos.
Otro de los propósitos
del documento es describir las acciones o respuestas que nuestro país
ha ido desarrollando para prevenir y disminuir este complejo problema y
que deberá continuar reforzando en el futuro. Destaca el Programa de
Prevención y Control de Adicciones de la Secretaría de Salud, que se
encuentra entre los programas sustantivos y prioritarios del sector, y
cuya operación se está impulsando en los niveles estatales y
municipales.
La coordinación con
otros sectores públicos y privados en las tareas de reducción de la
demanda es labor central de la SSA. En nuestro país contamos con
numerosas instituciones y organizaciones públicas y privadas que, de
manera activa, desarrollan acciones de la más alta calidad, de
investigación, prevención, tratamiento y formación de recursos
humanos en el campo de las adicciones. Este esfuerzo conjunto, de
sociedad y gobierno, sin duda nos permitirá avanzar en el control de
este problema.
Dr