sábado, 1 de octubre de 2016

Drogadiccion En Mexico

El uso y abuso de sustancias adictivas constituye un complejo fenómeno que tiene consecuencias adversas en la salud individual, en la integración familiar y en el desarrollo y la estabilidad social. Aunque en la actualidad toda la sociedad está expuesta a las drogas, hay grupos más vulnerables que otros a sufrir consecuencias negativas de su uso, como los niños y los jóvenes, quienes pueden truncar su posibilidad de desarrollo personal y de realizar proyectos positivos de vida.
El gobierno de México inició, desde la década de 1970, acciones para atender este problema, mucho antes de que la demanda de drogas adquiriera mayores proporciones, por lo que contamos ya con una considerable experiencia acumulada. Nuestro país ha realizado esfuerzos importantes por enfrentar este problema a través del desarrollo de un marco jurídico-normativo e institucional y de programas que, al mismo tiempo que dan seguimiento a los acuerdos que México ha firmado en el ámbito internacional, son apropiados a las características socioculturales específicas de nuestra nación.
Para el Sector Salud la reducción de la demanda de drogas incluye las iniciativas que buscan prevenir su consumo, disminuir progresivamente el número de usuarios, mitigar los daños a la salud que puede causar el abuso, y proveer de información y tratamiento a los consumidores problemáticos o adictos, con miras a su rehabilitación y reinserción social. En esta tarea, la Secretaría de Salud, SSA como cabeza del Sector Salud, promueve un enfoque integral que incluye, además de las drogas ilegales, a todas las que producen adicción y problemas de salud pública, e incorpora en los programas a los diversos sectores públicos y sociales. La sociedad en su conjunto es cada vez más sensible a este problema y constituye nuestro principal aliada.
El tema de las drogas ilegales, al que se dedica este volumen, tiene especial trascendencia, ya que es parte cotidiana de las noticias en el mundo; la representación social de las drogas y la forma en la que son percibidas por la opinión pública son de la mayor importancia en nuestro trabajo preventivo. Debemos evitar que haya un clima de familiaridad y de aceptación social hacia su uso y evitar, al mismo tiempo, estigmatizar y criminalizar al adicto.
Como en otros problemas de salud pública, las medidas de prevención y tratamiento de las adicciones, para ser eficaces, deben estar sustentadas en información científica, confiable y completa sobre la naturaleza, magnitud y características del fenómeno. En este sentido, este documento puede ser de gran utilidad para entender mejor este complejo problema y cómo se presenta en nuestra realidad: sus tendencias; los grupos de la población afectados, la aparición de nuevas drogas, los cambios en las formas de uso y la integración de nuevos grupos a la subcultura del consumo, así como las consecuencias sociales y en la salud.




Disponer de este bagaje de información es fundamental para la toma de decisiones, y responder así a las necesidades de nuestra población, priorizando las acciones y los recursos disponibles de acuerdo con la naturaleza de los problemas; también nos indica el impacto alcanzado por las acciones y cómo reorientar los esfuerzos. Pero esta clase de información requiere de diferentes estrategias metodológicas que permitan conocer la situación en distintas poblaciones y a través del tiempo. Por ello, el reporte incluye tanto las encuestas en los hogares de la población general como en el ámbito escolar, y otros estudios entre los que no se encuentran en los hogares ni en las escuelas, como es el caso de los menores en la calle. Otros aspectos de interés son cubiertos por los trabajos en instituciones de salud, como centros de tratamiento y en las de procuración de justicia, a través de sistemas de registro y reporte de casos.
En la información, destacan los datos de la reciente Encuesta Nacional de Adicciones (ENA), realizada en 1998, que nos permite analizar las tendencias con los estudios similares realizados en 1988 y 1993. Los datos indican que, si bien la prevalencia global del consumo de drogas en México es aún baja al compararla con otras sociedades, registra incrementos y tendencias preocupantes. La mariguana se mantiene como una de las principales drogas consumidas por distintos grupos de la población. Los disolventes inhalables, drogas utilizadas principalmente por jóvenes, tienden a disminuir su importancia, pero el uso de la cocaína, droga tradicionalmente consumida por grupos reducidos de la población, se ha extendido actualmente a diversos sectores como los jóvenes y los de menos recursos.
Se observa una emergencia de sustancias previamente no utilizadas con fines de intoxicación, como ciertos medicamentos ( el Refractyl Ofteno y el Flunitracepam cuyo nombre comercial es Rohypnol) y, al igual que en otros países, aparecen en el mercado drogas del tipo de la anfetamina (éxtasis o cristal). El uso de heroína, si bien es poco prevalente a nivel nacional, se ha ido incrementando en ciudades de la frontera norte. Estas nuevas tendencias requieren que desarrollemos respuestas específicas en materia de prevención y tratamiento.
Uno de los principales objetivos de este reporte es presentar y analizar información científica sobre lo que sabemos del uso de drogas en México, pero también sobre lo que nos falta por saber; en este sentido, también puede ser de gran utilidad para guiar y reforzar nuestros sistemas de registro y vigilancia epidemiológica y promover la elaboración de investigaciones enfocadas hacia aspectos específicos.
Otro de los propósitos del documento es describir las acciones o respuestas que nuestro país ha ido desarrollando para prevenir y disminuir este complejo problema y que deberá continuar reforzando en el futuro. Destaca el Programa de Prevención y Control de Adicciones de la Secretaría de Salud, que se encuentra entre los programas sustantivos y prioritarios del sector, y cuya operación se está impulsando en los niveles estatales y municipales.
La coordinación con otros sectores públicos y privados en las tareas de reducción de la demanda es labor central de la SSA. En nuestro país contamos con numerosas instituciones y organizaciones públicas y privadas que, de manera activa, desarrollan acciones de la más alta calidad, de investigación, prevención, tratamiento y formación de recursos humanos en el campo de las adicciones. Este esfuerzo conjunto, de sociedad y gobierno, sin duda nos permitirá avanzar en el control de este problema.
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Corrupcion En Mexico

La Corrupción en México ha sido tradicionalmente señalada por muchos analistas como uno de los principales problemas políticos y económicos del país. Además las encuestas a principios del siglo XXI, señalan que el grado de corrupción existente ha afectado negativamente a la legitimidad política, transparencia de la administración y eficiencia económica en cuanto a rendición de cuentas del país hacia el interior y exterior de si mismo.1
La gran mayoría de estás prácticas corruptas han ido desarrollándose y sentando sus bases a lo largo de varios siglos de historia, fueron dejadas como herencia de la gran elite política para la consolidación de una oligarquía mediante un gobierno autoritario y represor 1 . En mayor medida se fueron acrecentando y consolidando a lo largo del siglo XX con la llegada del primer partido político de México al poder, el PRI.
En el año 2014 durante la realización del Índice de Percepción de la Corrupción –una medida entre 0 (Muy Corrupto) y 100 (Muy Transparente) de los niveles de corrupción percibidos por el sector público en 175 países y territorios evaluados– México obtuvo una calificación de 35, y ha sido catalogado como uno de los 70 países más corruptos en el mundo, así como el país más corrupto de los 34 estados que conforman la OCDE Así como las fuerzas naturales tienden hacia la entropía, la tendencia a la corrupción es una fuerza presente en la naturaleza humana, que busca siempre ganar transitando por el camino más fácil, de menor esfuerzo y más bajo costo. Nace del mismo impulso básico por sobrevivir, pero distorsionado por la ambición desmedida de poder y dinero, hasta convertirse en Megalomanía. Tiene su raíz en el miedo, en la incertidumbre sobre lo que pueda ser el futuro y la necesidad de buscar seguridad a través del control del medio en que nos desenvolvemos, llevado al extremo del beneficio individual sobre el común, con un enfoque egoísta.
Desde un punto de vista neutral, es resultado de la falta de condiciones que hagan más costoso seguir el camino de la corrupción en comparación con el de la legalidad, "aquello que abarata relativamente el coste del acto delictivo estará promoviendo su comisión"4 5 .
La corrupción no es algo genético, ha crecido y se ha fortalecido en México alrededor de la complicidad y las amplias redes que se tejen a partir de esta, propiciada por el miedo social a la violencia de estado6 7 y la falta de controles sistemáticos que funcionen eficazmente para su definición, su prevención, su detección y una acción efectiva para corregir los incidentes cuando se verifican8 . La corrupción ha llegado hasta el punto de volverse, definitivamente, parte del sistema y desarrollar resistencia a cambios que pudieran limitarla efectivamente, degenerando en una guerra sucia contra el pueblo para asegurar salir impune, siendo esta impunidad el distintivo y agravante en México9 .
Frases como "el que no tranza no avanza", "Dios, no te pido que me des sino que me pongas donde hay, yo solito agarro" y otras similares son iconos que reflejan cuan arraigada y aceptada es la cultura de la corrupción en México10 , hasta convertirse en una acto inconsciente.
En las siguientes secciones haremos un recuento de la situación actual y los factores que propician la Corrupción en México. Documentaremos más adelante en el recuento histórico de la Corrupción en México los hechos, los factores culturales y sociales pasados que la han favorecido y como están íntimamente relacionados con la ambición y el poder ejercido por intereses internos y externos al país.





Hace mucho tiempo en México ver acercarse a un agente de Policía de cualquier nivel te hace sentir más inseguro, contrario a lo que se esperaría. Esta desconfianza tiene causas históricas arraigadas en el uso que la política ha hecho de las fuerzas públicas para fortalecerse en el poder, perpetrar actos de corrupción y asegurar su impunidad48 .
No hablamos únicamente de la clásica "mordida", desgraciadamente un tipo de soborno ampliamente extendido y aceptado en la sociedad mexicana. En México hay casos documentados de agentes de la ley que rentaron sus patrullas y uniformes a delincuentes49 50 y los altos niveles de infiltración de la delincuencia organizada han hecho indispensable una "limpia" para purgar los malos elementos51 .
Mientras las condiciones sociales no cambien en México, estaremos lejos de llegar a una solución. “Un país con marginación, un país con pobre educación, un país sin satisfactores suficientes va a ser un país que tenga proclividad sin duda a la conducta antisocial”, dijo Manuel Mondragon, comisionado de Seguridad Nacional en México52 y no está muy lejos de la raíz del problema si asumimos que estas condiciones son resultado de la corrupción e impunidad en altos niveles del gobierno, evidenciado por la imperante concentración de poder político y económico53 54 .